¿Cómo mantengo mi puerta?

La importancia de un mantenimiento regular de la cancela

Con o sin motorización, batiente o corredera, una cancela es un dispositivo que requiere un mínimo de mantenimiento. Durante todo el año, una cancela está sometida a las inclemencias del tiempo. La lluvia, la humedad, la nieve o incluso los rayos UV del sol pueden alterar su aspecto y color, y provocar corrosión. Una limpieza regular mantendrá su verja en buen estado durante muchos años y, sobre todo, garantizará su funcionamiento óptimo.

La parte más importante de una valla de jardín, la verja, es el primer elemento visible de su casa. Además de contribuir a la seguridad de una propiedad, la verja es un verdadero elemento de encanto. Por eso es importante tomar las precauciones adecuadas para evitar que se acumule polvo y suciedad. Pero cada material tiene sus propios requisitos específicos de mantenimiento. Ya sea de madera, aluminio, hierro forjado o PVC, es necesario utilizar los productos adecuados para limpiar las verjas y las puertas de entrada. Además, las demás piezas que componen una cancela, como las bisagras, los goznes, los raíles (en el caso de las cancelas correderas) y el motor, también requieren su atención. El uso de grasa es esencial para lubricar y proteger de la corrosión los componentes metálicos.

¿Cómo se realiza el mantenimiento de una cancela en función del tipo de material?

Puertas de madera

A la vez noble e intemporal, la madera es un material más exigente en términos de mantenimiento, que requiere una mayor atención. Según el tipo de madera, su verja será más sensible a la humedad y a los ataques de insectos. Si su puerta no ha recibido un tratamiento específico contra la intemperie, es indispensable aplicar un tinte o barniz protector.

Consejo: antes de aplicar el barniz, conviene aplicar un tratamiento hidrófugo o antiparasitario. El barniz debe reaplicarse aproximadamente cada 3 años.

Puertas de aluminio

A diferencia de la madera, el aluminio es más resistente a la intemperie y a la corrosión. Por ello, las puertas de aluminio son fáciles de mantener. Para la limpieza, evite los productos ácidos y utilice detergentes de pH neutro. Diluya un poco de jabón en agua tibia y frote la cancela con una esponja no abrasiva.

Consejo: si su puerta está muy sucia, añada vinagre blanco al agua jabonosa. Utilice un paño suave para limpiar la superficie.

Limpieza: dos veces al año.

Cancelas de PVC

Al igual que el aluminio, el PVC es un material plástico resistente al desgaste y a la intemperie. Limpiarlo no puede ser más fácil. Sumerja una esponja (no abrasiva) en agua jabonosa y frote la puerta de PVC. Para reavivar el color o el barniz de su verja, añada vinagre blanco al cubo de agua.

Limpieza: al menos una vez al año

Puertas de material compuesto

Diseñadas para facilitar su mantenimiento, las puertas de material compuesto combinan diseño y durabilidad. La frecuencia de limpieza dependerá de varios factores: exposición a la contaminación, suciedad, mal tiempo, etc. No es necesario utilizar productos de limpieza caros. Una mezcla de agua, jabón y vinagre blanco es todo lo que necesita para devolver el brillo a su cancela.

Limpieza: al menos una vez al año.

Verjas de acero o hierro

El acero es un material conocido por su resistencia y durabilidad. En general, una verja de este tipo recibe un tratamiento previo (aplicación de pintura epoxi) para evitar la corrosión. Para limpiarla, empape una esponja no abrasiva en agua jabonosa y luego frote la superficie.

Limpieza: dos veces al año.

Consejo: para eliminar la suciedad de una verja, no utilice un limpiador de alta presión, ya que decaparía el barniz de la pintura.

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